A LA RIBERA DEL GENIL
Mes de Diciembre en Granada, con lo que eso significa. Cuatro grados de temperatura y me dicen de ir a tapear en una terraza en el margen del río. Pensaba que estaban locos pero cuando llegamos a Casa Colón la sensación cambió por completo. No se si fue por el sol, que salió en ese momento, o por la luminosidad que desprende el lugar, el caso es que accedí de buen grado a conocer un nuevo rincón gastronómico de la ciudad.
Es un espacio amplio, decorado de manera sencilla y acogedora. Me sorprendió la curiosa colocación de la cocina, visible desde el exterior, en una altura superior a la de la barra, muy original a los ojos de los clientes. Mesas altas, en plan tapeo, y otras más bajas por si lo que se busca es una comida más relajada y tranquila.
Empezamos pidiendo una cerveza, la cual pusieron como debe ponerse la cerveza, en copa grande y ancha con su dedo de espuma. La primera prueba estaba superada. Llegó la segunda, la tapa, parte fundamental para valorar un bar en nuestra ciudad. Y tengo que decirlo, fue otro acierto. Una crema de calabacín con pequeñas tostas de pan que se deshacían en la boca, todo servido en una copa perfectamente decorada.
Como ya nos estábamos animando decidimos pasar a la comida y ver la carta. Mucha variedad dentro de los platos típicos de los locales granadinos. Eso sí, aunque no lo llegamos a pedir, la especialidad de la casa eran las ancas de rana, algo más difícil de encontrar y que queda pendiente para la próxima visita. De primero pedimos unos huevos revueltos con jamón y de segundo unos flamenquines caseros, bien cocinados y de un tamaño considerable. En resumen, con sólo dos platos de la carta pudimos comer tres personas sin quedarnos con ganas de más.
Estaréis esperando que hable del precio. Pues allá voy, no es nada caro para el lugar en el que estamos (calle peatonal en la ribera de El Genil), ni para la variedad y calidad de su cocina, ni por supuesto, para el buen hacer de sus trabajadores, atentos y profesionales pero sin agobiar al cliente, como ocurre en otros lugares.
Si queréis mi opinión, Casa Colón es uno de los mejores locales de restauración que he visitado últimamente. Y sí, como sospecháis por mis palabras del principio, comimos en la terraza, en Diciembre, a cuatro grados de temperatura, pero con el sol de Granada reflejándose sobre las aguas del río y dándole aún más sabor a la cerveza Alhambra que nos sirvieron. Y eso, amigos, no tiene precio.